En la oportunidad, la directora de la Escuela de Fonoaudiología, profesora Virginia Varela dijo que “esta promoción que hoy se gradúa comenzó como un grupo de estudiantes muy entusiasta; en la actualidad, poseen el perfil profesional que construyeron con años de esfuerzo y dedicación, así como el apoyo de sus familias. Como académicos intentamos que se integraran a la comunidad y a la vida universitaria, y nuestra preocupación ha sido entregar a cada uno no sólo las herramientas para acceder al conocimiento teórico y práctico, y para ayudar a la generación de sus competencias, sino que también nos propusimos que tuvieran la capacidad para razonar clínicamente y para avanzar en el desarrollo disciplinar. Pero también nos enfocamos en que fueran respetuosos de las opiniones de otros, considerados de las diferencias entre las personas; es decir, que crecieran en los aspectos éticos y valóricos que deben acompañar a todo profesional de las áreas de la salud y la educación. Esta mañana podemos ver que los objetivos se cumplieron; de ahora en adelante llevan un sello que es imborrable, y que formará parte de su identidad personal: sentirse para siempre profesionales fonoaudiólogos de la Universidad de Chile”.
Posteriormente, la profesora Varela reseñó la trayectoria de la profesora María Mercedes Pavez, destacada lingüista y una de las fundadoras de la carrera de Fonoaudiología, señalando que “gran parte de su vida académica la dedicó a nuestra disciplina, acompañándonos en la formación de nuevas generaciones de profesionales. Fue la primera especialista que marcó el sendero del desarrollo de la investigación de la lingüística aplicada a los trastornos del lenguaje en el país; le entregó a nuestros estudiantes, además, los conocimientos en esos ámbitos. Sus contribuciones han quedado plasmadas en libros, artículos y pruebas y test muy utilizados en los ámbitos clínicos y educativos. También se dedicó a incentivar el trabajo en los profesionales lingüistas hacia la disciplina fonoaudiológica, tanto así que hoy contamos en nuestro departamento con seis de ellos. En el 2008 la Academia Chilena de la Lengua la nombró académica representante por la ciudad de Santiago, lo que nos ha llenado con un profundo orgullo. Por ello agradezco, como directora de la Escuela de Fonoaudiología, su entrega generosa de conocimientos y el tesón que ha demostrado para que los nuevos profesionales tengan un interés creciente en la investigación”.
Luego de recibir un reconocimiento por parte del decano de la Facultad de Medicina, doctor Manuel Kukuljan, y una ovación de pie por parte de docentes y egresados, la profesora Pavez agradeció esta distinción y “el cariño que todos me han otorgado. Pero también doy gracias porque estoy muy orgullosa de lo que estoy viendo, pues vi nacer esta carrera y verla cómo está ahora es muy gratificante. He visto muchas generaciones de fonoaudiólogos egresar y crear caminos propios, de modo que muchos de ellos han marcado su propio sendero y han difundido nuestro quehacer, que era muy poco conocido, y otros tantos se han dedicado a formar a quienes nos van a seguir, generosamente, siempre en equipo, y eso me llena de satisfacción”.
La responsabilidad de nuestras historias
A nombre de su generación, el fonoaudiólogo Felipe Bravo, recordó los difíciles inicios de la carrera tanto para él como para sus compañeros, así como agradeció a académicos y funcionarios de la Escuela de Fonoaudiología la contribución realizada en pos de su formación profesional, tanto como el apoyo demostrado a toda esta cohorte por parte de familiares y amigos.
Por último, el doctor Manuel Kukuljan destacó que la trayectoria tanto de la Escuela de Fonoaudiología como de la Universidad de Chile, que se proyectan en las próximas décadas, “nos debe dar una perspectiva en que se combinen la alegría, orgullo y emoción que sentimos en este momento con una sensación de humildad, porque estamos en un punto en el cual somos una consecuencia de esta historia y estamos en la base de mucha otra historia por venir. Desde esa mirada, nos damos cuenta de que si estamos aquí, nosotros como académicos y ustedes como egresados, es porque tenemos méritos profesionales y personales, pero también porque ha habido un tejido social que se ha desarrollado a lo largo de muchos años y que ha permitido que esas competencias y conocimientos se expresen. Debemos reconocer que el futuro de la sociedad en que se van a desempeñar no depende de algo externo, sino de que continúen haciendo su contribución a ese tejido social, de tal manera que sus acciones sean el sustento para que otras personas puedan desarrollarse. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de ayudar a que haya más ciudadanía, de manera que todos podamos vivir con dignidad y aprovechando al máximo sus potencialidades, aspirando a la felicidad que merecemos”.
Como el egresado que obtuvo la mejor calificación de la promoción 2016, fue distinguida la fonoaudióloga Anay Irarrázabal Fernández.