Hoy en el mundo son cerca de veinte las vacunas que se están estudiando y desarrollando como candidatas para combatir el avance del coronavirus. Desde que se inició la crisis sanitaria son más de 24 millones las personas contagiadas; es por esto que investigadores y laboratorios han acelerado la búsqueda de productos farmacéuticos que permitan controlar la propagación de la enfermedad.
En el caso de nuestro país, a la iniciativa que lidera la compañía china Sinovac, de la cual es parte la Universidad Chile, se suman ahora otras dos investigaciones y avances de laboratorios internacionales en las que también participará nuestra institución. Es el caso de la farmacéutica Janssen, de Johnson & Johnson, quienes confirmaron esta semana a Chile para el desarrollo del estudio clínico de una segunda vacuna, junto a Perú, Colombia y Brasil.
El proceso de fase 3 se iniciará en septiembre y trabajará en su desarrollo un equipo académico de la Facultad de Medicina. “Hemos ido avanzando el último mes en conocer y analizar el protocolo, presentarlo al Comité de Ética y al Instituto de Salud Pública (ISP), y el 25 de agosto confirmamos que efectivamente ya se eligió a Chile como lugar para hacer los ensayos clínicos”, sostiene el doctor Miguel O´Ryan, director de Asuntos Internacionales del plantel e infectólogo pediatra del Programa de Microbiología y Micología del Instituto de Ciencias Biomédicas.
De acuerdo al doctor O´Ryan, quien también es parte del comité de asesores científicos, durante las últimas semanas han trabajado para avanzar lo más posible, y así iniciar el estudio clínico a contar de septiembre. Además, precisa que a diferencia de la propuesta que desarrolla Sinovac, este proceso no sólo estará focalizado en la inoculación a personal de salud, sino que se aplicará a voluntarios mayores de 18 años.
El objetivo de los investigadores es enrolar a los primeros voluntarios durante la segunda o tercera semana de septiembre. Para eso es necesario contar con la autorización del Instituto de Salud Pública (ISP), entidad que ejecuta los permisos para el uso de productos farmacéuticos, sin registro previo, con fines de investigación científica o ensayos clínicos.
Estudio clínico de la Universidad de Oxford contempla doble dosis de vacuna
Por otra parte, la doctora María Elena Santolaya, pediatra e infectóloga del Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Oriente de la Facultad de Medicina, radicado en el Hospital Luis Calvo Mackenna, lidera el equipo compuesto por los doctores Juan Pablo Torres y Carolina Ibáñez, así como las enfermeras Verónica de la Maza y Romina Valenzuela, de la misma unidad, en la investigación que permitirá estudiar una tercera opción en nuestro país, como es la desarrollada por la Universidad de Oxford.
“Este proceso contempla la administración de dos dosis de vacuna, separadas por un mes, y toma de muestras de sangre para medir niveles de anticuerpos, basal, en relación a la segunda dosis, y después en el tiempo”, especifica la doctora Santolaya. A ello, añadió que se hará seguimiento de la persona durante dos años desde iniciado el proceso de vacunación, para evaluar la eficacia del producto junto a anticuerpos.
Se espera que el estudio de la Universidad de Oxford permita reunir a unos mil voluntarios; en Santiago serán tres los puntos que desarrollarán el estudio de casos y habrá otro en la Región de Valparaíso. Además, y a diferencia de otras pruebas que se realizará en las que el rango etario está entre los 18 y 59 años, este proyecto permitirá recibir voluntarios mayores.
“Es un estudio muy interesante, que nos tiene muy contentos porque significa un gran aporte poder trabajar con estas vacunas que son de vanguardia y que pueden generar el cambio en la relación que tenemos con el coronavirus”, explica la investigadora.
Por su parte, el vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile, doctor Flavio Salazar, asegura que “tenemos que recuperar en Chile las capacidades de poder ejecutar y generar estudios clínicos, para poder avanzar en el combate contra diferentes enfermedades”. A ello agrega que una vez superada la etapa de supervisión y regulación, que incluye la autorización del ISP, confía en que los resultados que brinden los estudios en los que trabaja la institución “serán una importante contribución al control de pandemia”.
¿Existen diferencias entre las vacunas que se aplicarán?
Para el doctor Miguel O´Ryan, lo importante es que todos los procesos que se están desarrollando en el país deben ser complementarios. “No compiten, ninguna vacuna es mejor que la otra, porque eso no lo sabemos; para eso hay que hacer el ensayo clínico, de manera de saber si una vacuna es más efectiva o tiene mayores o menores efectos adversos que la otra”, aclara.
Asimismo, la doctora María Elena Santolaya explica que entre los prototipos que están trabajando Janssen y Oxford hay pocas diferencias. Ambas, por ejemplo, corresponden a una proteína del SARS-CoV-2, que está de alguna manera ensamblada con un adenovirus, que es el vector que lleva esta proteína y que permite la producción de la vacuna.